Argelia anunció este miércoles la muerte de tres de sus ciudadanos en un atentado que atribuye a Marruecos en el Sáhara Occidental, un territorio en el centro de las tensiones entre los dos países del Magreb.
La cuestión del Sahara Occidental, antigua colonia española considerada «territorio no autónomo» por la ONU a falta de un acuerdo definitivo, enfrenta desde hace décadas a Rabat -que controla casi el 80% de este vasto territorio desértico- con el Frente Polisario, que reclama un referéndum de autodeterminación y cuenta con el apoyo de Argelia.
«Tres ciudadanos argelinos fueron cobardemente asesinados por un bárbaro bombardeo de sus camiones mientras viajaban de Nuakchot a Uargla», dijo la presidencia argelina en un comunicado, añadiendo que el ataque había tenido lugar el lunes.
Según la misma fuente, «varios factores apuntan a que las fuerzas de ocupación marroquíes en el Sahara Occidental han cometido este cobarde asesinato con armamento sofisticado».
La carretera que une Nuakchot con Uargla, en el sur de Argelia, tiene unos 3.500 kilómetros y recorre el Sahara Occidental.
El comunicado argelino no precisó el lugar exacto del atentado, pero Akram Kharief, director de la web especializada Mena Défense, declaró a AFP que los camioneros argelinos habían sido «asesinados en Bir Lehlu en el Sáhara Occidental».
La presidencia argelina no dio más detalles sobre el «sofisticado armamento» que Marruecos habría utilizado en el ataque, pero Rabat había recibido en septiembre un primer pedido de drones de combate turcos, según la prensa.
«Su asesinato no quedará impune», dijo la presidencia argelina, rindiendo homenaje a las «tres víctimas inocentes de este acto de terrorismo de Estado».
Tensiones entre Argelia y Marruecos
Las autoridades marroquíes no hicieron ningún comentario al respecto. El Ejército mauritano desmintió en un comunicado que el ataque se hubiera producido en su territorio.
Las tensiones entre Argelia y Marruecos han aumentado hasta el punto de que Argel rompió sus relaciones diplomáticas con su vecino en agosto.
La crisis estalló poco después de la normalización de las relaciones diplomáticas entre Marruecos e Israel, a cambio del reconocimiento estadounidense de la soberanía marroquí sobre el Sahara Occidental.
Por su parte una fuente marroquí dijo el miércoles que su país «nunca se verá arrastrado a una espiral de violencia y desestabilización regional».
Rabat controla casi el 80% de este vasto territorio, con ricos recursos minerales jurisdicción sobre zonas marítimas con abundante pesca, mientras que Argel apoya a los independentistas saharauis.
El Frente Polisario pide un referéndum de autodeterminación bajo los auspicios de la ONU, que se había previsto cuando se firmó un alto el fuego en 1991.
Los independentistas saharauis rompieron la tregua con Marruecos el 13 de noviembre de 2020, tras el despliegue de fuerzas marroquíes en una zona de seguridad establecida en el Sahara Occidental.
El Consejo de Seguridad de la ONU pidió la semana pasada a las partes en conflicto del Sáhara que reanuden las negociaciones «sin condiciones previas y de buena fe», votando una resolución que prorroga la misión de la Minurso en la región durante un año.
Pero Argelia, que se opone a la reanudación de las negociaciones en forma de mesas de diálogo en Suiza, denunció esta resolución como «tendenciosa».
Otra consecuencia de las crecientes tensiones entre Argel y Rabat fue la decisión de Argelia en octubre de no renovar el contrato del gasoducto que pasa por Marruecos y abastece a España de gas argelino, alegando «prácticas hostiles del reino vecino».
Desde 1996, Argelia envía a España y Portugal unos 10.000 millones de metros cúbicos de gas natural al año a través del gasoducto Gaz Maghreb Europa (GME).
A cambio del tránsito del gasoducto, Rabat recibía unos 1.000 millones de metros cúbicos de gas natural al año.
El gas argelino llegará ahora a España exclusivamente a través de otro gasoducto, el submarino Medgaz, y en forma de gas natural licuado entregado por vía marítima.