A la misma hora en que dos policías de frontera de Polonia sacaban a media mañana de ayer del hospital Bielsko-Biala a un inmigrante kurdo, todavía cojeando, y a otro sirio, con el propósito matemático de retornarles a Bielorrusia, desde Estrasburgo se emitía una alerta avisando de que, con toda probabilidad, esas personas acabarán siendo «torturadas» por los agentes de Alexander Lukashenko. A los que a su vez se acusa abiertamente de estar cometiendo contra los refugiados «violencia sexual y otros abusos», amén de «maltrato severo».
La fuente de esta advertencia y de «aterradores relatos del sufrimiento extremo de personas desesperadas» es el Consejo de Europa, cuya comisaria de Derechos Humanos, Dunja Mijatovic ha explorado sobre el terreno durante cuatro… Ver Más