La situación de los menores inmigrantes no acompañados que llegan a otros países por rutas peligrosas, como es el caso de los que alcanzan la costa británica tras cruzar el canal de la Mancha
, o de los que han llegado a territorio español, es uno de los desafíos más grandes a los que se enfrentan las administraciones. Sin embargo, sus decisiones muchas veces no son las más adecuadas para el grupo más vulnerable y que más protección requiere: la niñez.
En el Reino Unido, diversas organizaciones denuncian que los niños y niñas indocumentados que han pisado suelo británico en los últimos meses sin la compañía de al menos un adulto están siendo alojados en hoteles en lugar de en centros especiales para ellos.
Fuentes de Ofsted, el departamento oficial que controla los estándares en la educación infantil, calificaron esta práctica como «inaceptable», en declaraciones al diario británico ‘The Guardian’.
Según la Children’s Society, una organización benéfica vinculada a la Iglesia de Inglaterra, es «impactante» que los menores, que calcula que han sido unos 250 solo en las últimas semanas, pero que se cuentan en total por miles, sean alojados sin las condiciones adecuadas para recibir los cuidados que necesitan. Una denuncia que se suma a la que hicieron las autoridades locales de Brighton el pasado septiembre, cuando cerca de 4.000 personas cruzaron el estrecho (la mitad que en todo 2020), muchas de ellas menores que, dijeron, fueron «abandonados» en hoteles «inseguros».
Un grupo de inmigrantes, incluyendo menores, desembarcan en la costa de Inglaterra
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Afp
«Es fundamental» que estos menores «reciban la ayuda, el apoyo y la seguridad que necesitan cuando llegan aquí solos» y eso incluye «el acceso a un alojamiento adecuado», demandó Marieke Widmann, asesora de políticas de la Children’s Society, quien declaró que «trasladar a niños no acompañados a hoteles, con cuidados y supervisión limitados, es impactante» y además pone «a estos niños ya de por sí vulnerables en un riesgo increíble». «Sabemos que ya han desaparecido varios niños», puntualizó la especialista, para quien es fundamental que el público y el Gobierno entiendan que «estos son niños y jóvenes vulnerables que a menudo han huido de la guerra y la persecución» y que por tanto es lógico que «estén asustados y angustiados después de un viaje inimaginablemente traumático».
«No es lugar para ellos»
Bridget Chapman, de la Kent Refugee Action Network, que da apoyo a personas refugiadas y solicitantes de asilo, asegura que pese a la larga experiencia de su organización en el trabajo con menores de estas características, el Ministerio del Interior no ha contado con ellos. «Los hoteles no son lugares adecuados para alojar a estos niños. ¿Quién los está controlando y cuánto tiempo estarán ahí?», se preguntó. Además, agregó que no hay información sobre su derecho a la privacidad o si cuentan con el acompañamiento de trabajadores sociales.
Un portavoz de Downing Street declaró a la prensa que «estamos decididos a poner fin al uso de hoteles lo antes posible», pero según la información de los autoridades locales no parece que esto se esté solucionando. En el condado de Kent, por citar solo uno, están al máximo de su capacidad, atendiendo a 363 niños solicitantes de asilo no acompañados.