La oposición de izquierdas, liderada por el laborista Jonas Gahr Støre, ganó el lunes las elecciones parlamentarias en Noruega,
dominadas por el destino del sector petrolero del país, según las proyecciones publicadas al cierre de los comicios.
Se espera que los cinco partidos de la oposición obtengan 104 de los 169 escaños del ‘Storting’, el parlamento unicameral noruego, suficientes para desbancar a la coalición de derechas de la conservadora Erna Solberg, según las proyecciones basadas en la votación.
Con 88 escaños por el momento, el partido Laborista de Støre, el probable próximo primer ministro, iría incluso camino de la mayoría absoluta con sus aliados favoritos, el partido de centro y la izquierda socialista, sin necesitar a las otras dos fuerzas de la oposición, los ecologistas de MDG y los comunistas de Rødt.
Destino de las actividades petroleras
La «alerta roja para la humanidad» emitida a principios de agosto por los expertos en clima de la ONU (IPCC) ha puesto el calentamiento global en el centro de la campaña electoral y ha obligado al país a reflexionar sobre el destino de las actividades petroleras que lo hicieron inmensamente rico. El informe alentó a aquellos que, a la izquierda y, en menor medida, a la derecha quieren deshacerse del petróleo.
El MDG pide el cese inmediato de todas las prospecciones petrolíferas y poner fin a la explotación petrolera en 2035, un ultimátum que rechaza Støre, licenciado en ciencias políticas en París y que fue ministro con Jens Stoltenberg entre 2005 y 2013.
Igual que los conservadores, el Partido Laborista -la otra gran fuerza en el país- descarta renunciar a las ganancias del petróleo y aboga por una retirada gradual.
En Noruega, el sector petrolero representa el 14% del Producto Interior Bruto (PIB), más del 40% de las exportaciones y 160.000 empleos directos. El oro negro también llegará a este país de 5,4 millones de habitantes amasar el mayor fondo soberano del mundo, con casi 12 billones de coronas en activos (1,2 billones de euros, 1,4 billones de dólares)
«La demanda de petróleo está en declive. Esto ocurre por sí mismo, por la ley del mercado. No hay que decretarlo (…) sino tender puentes hacia futuras actividades», declaró a AFP el responsable de energía del Partido Laborista, Espen Barth Eide.