Desde que fue capturado el fallecido Abimael Guzmán, hace 29 años en Lima, hubo 7 expresidentes que se negaron a debatir y legislar el tema que mantiene hoy en vilo al país: ¿Se cremará a Guzmán y se le enterrará en una fosa común o se le entregará el cuerpo a su viuda, Elena Yparraguirre, número dos de la organización y condenada a cadena perpetua?.
El ministro de justicia, Aníbal Torres, señaló que la salida del Estado debe ser la cremación de Guzmán y por ello, derivó el caso a la Fiscalía peruana, que tomará la decisión final al amparo del artículo 159 de la constitución que señala que «al resolver una causa, los fiscales deben preservar la paz y el bien público».
Por su parte, el abogado de Elena Yparraguirre, Sebastian Chavez, ha solicitado al ministerio público que se le entregue el cuerpo de Guzmán a su representante, Iris Quiñonez, conocida como la ‘camarada Bertha’, ya liberada de prisión por cometer actos terroristas.
La catedrática de la Universidad de Kent e historiadora Natalia Sobrevilla dijo a ABC que «la muerte de Guzmán marca el fin de una era. ¿Por qué nunca antes se habló de que iba a pasar con el cuerpo de Guzmán?, porque hasta hoy en la sociedad peruana no es posible hablar del tema sin caer en la histeria. Esta coyuntura es también especial porque se acusa al gobierno de (Pedro Castillo) de ser filosenderista y cercano al MOVADEF (organización) que quiere convertirse en partido político, entonces el gobierno debe tomar una decisión firme en que se respete a las miles de víctimas y sus deudos».
Asesino en serie
«Hay quienes consideran que se debió fusilar a todos los cabecillas pero la ley no lo permite. No hay solución perfecta, no importa que se haga con el cuerpo de Guzmán, nunca será suficiente castigo, lo que debe ser claro es que no se puede permitir que se cree un espacio de memoria para conmemorar a Guzmán, quien fue un asesino en serie que no merece ningún reconocimiento», indicó Sobrevilla.
«Los cadáveres son espacios de memoria tal y como pasó con el Che Guevara, Lenin o Evita. Es por esa razón que este debate se debió realizar con mucha anterioridad y se pudo seguir el camino de lo que pasó en Nuremberg donde, después de los juicios, se decidió cremar a los culpables y enterrarlos en fosas comunes», concluyó.
Las consecuencias sobre lo que significó Sendero Luminoso se siguen viviendo en Perú, tal y como muestra en el pedido de interpelación del Congreso al actual ministro de trabajo, Iber Maravi; quien ha sido acusado por pertenecer al aparato fundacional de Sendero Luminoso en Ayacucho; según reveló el diario ‘La república’. Además de que el Primer ministro, Guido Bellido, enfrenta dos acusaciones de apología al terrorismo al referirse a la senderista Edith Lagos.
Abimael Guzmán, conocido por sus seguidores como el «presidente Gonzalo» murió a los 86 años tras realizar continuas huelgas de hambre en protesta por no permitirle encontrarse con su esposa, Elena Yparraguirre, de 74 años, también presa a cadena perpetua en una cárcel de Lima.