Afganistán es un país muy heterogéneo. No existe un único grupo claramente mayoritario, lo que ha influido muy negativamente en los 48 años de guerras civiles e invasiones extranjeras que comenzaron con el golpe de estado que derribó a la monarquía en 1973. La jerarquía social depende en gran parte de la etnia, como comprobaron los militares españoles que entrenaban a un batallón afgano en 2010. Cuando los reclutas vieron que el rango solo dependía del mérito, protestaron alegando que: «Aquí hay reglas que debéis entender». Era inaceptable que un hazara le diese órdenes a un tayiko o a un uzbeco, o que cualquiera de estos mandase sobre un pastún. Incluso el partido comunista afgano estaba dividido por el tema… Ver Más