El 18 de enero está previsto que se designe al presidente del Parlamento Europeo para la segunda mitad de la legislatura y, según lo que se acordó hace dos años y medio, ha de ser elegida la popular Roberta Metsola, nombrada este miércoles oficialmente la candidata por el grupo parlamentario popular. Tradicionalmente, la necesidad de sumar los votos de los dos grandes grupos para alcanzar una mayoría suficiente ha propiciado que populares y socialdemócratas se sucedan en el puesto. Sin embargo, el actual presidente, el socialista italiano David Sassoli, ha amenazado abiertamente con ignorar el pacto esta vez y presentarse él mismo a la votación de enero como candidato, lo que pondría a la institución en una situación muy compleja porque es muy difícil formar una mayoría coherente en la que no participen los populares.
Sassoli –que fue elegido con el apoyo del PPE– cree ahora que aceptar que un popular presida la Eurocámara «sería un error en un momento en el que tenemos una ventaja como familia política» y que «sería inaceptable que un círculo de conservadores nos conduzca hasta las elecciones europeas» de 2024. La razón por la que se cree que ha hecho estas declaraciones no es tanto la idea de presentarse él mismo, sino como medio de presión para que los Gobiernos socialistas obtengan la cabeza de Charles Michel (liberal) y no renueven su mandato como presidente del Consejo Europeo, para dárselo al socialista portugués Antonio Costa, que acaba de perder el Gobierno en Lisboa. Pero es poco probable, porque Michel ha dicho que quiere seguir en el puesto y su principal apoyo es el presidente francés, Emmanuel Macron, que además tiene elecciones en primavera.
En todo caso, la elección de Metsola como candidata popular en primera vuelta y con una ventaja estratosférica (112 votos de 174 posibles) ya indica que el centroderecha no acepta en ningún caso que Sassoli pueda repetir o que otro socialista le suceda.
El reparto que se había diseñado en el propio grupo popular preveía inicialmente que el candidato debía haber sido el actual portavoz, el alemán Manfred Weber, pero este ha preferido optar a hacerse cargo de la presidencia del Partido Popular Europeo en sustitución del polaco Donald Tusk. En su lugar se perfilaba de forma natural el vicepresidente del grupo, Esteban González-Pons, que goza de gran prestigio entre los diputados, pero su candidatura no fue bien recibida por el grupo socialista que dirige la sanchista Iratxe García. Y tampoco era una idea que se observase con buenos ojos desde la calle Génova, por razones que no son fáciles de comprender. Una candidata como Metzola, que actualmente es uno de los vicepresidentes y proviene de Malta, que es el país más pequeño de la UE, deja pocas razones para que los socialistas se opongan en enero.