Era la noche del 1 de mayo de 2011 cuando millones de estadounidenses –convocados de manera extraordinaria– se reunían ante sus televisores para escuchar al presidente Barack Obama. El inquilino de la Casa Blanca, que había traspasado ya el ecuador de su primer mandato, tenía que hacer un anuncio importante para la nación. Con un tono sobrio, que intentaba contener la satisfacción personal que sentía interiormente, comenzó su intervención:
«Esta noche, puedo informar al pueblo estadounidense y al mundo que Estados Unidos ha llevado a cabo una operación que mató a Osama bin Laden, el líder de Al Qaida, y un terrorista responsable del asesinato de miles de hombres, mujeres y niños».
Sus siguientes palabras las dedicó a recordar el origen… Ver Más