Cuando José Luis de San Pío vio por televisión las primeras imágenes de las Torres Gemelas ardiendo en aquella mañana del 11 de septiembre de 2001, supo que no volvería a ver a su hija Silvia. «Había estado en su despacho, situado en la planta 92. Y por la orientación de la torre y el lugar del impacto… A las pocas horas dijeron que no había heridos. Fueron unos atentados sin apenas heridos», cuenta al otro lado del teléfono. Acepta revivir brevemente la pesadilla. Volver una y otra vez a ese fatídico día es agotador, pero sobre todo doloroso. Han pasado veinte años, aunque para él el recuerdo es casi diario. «En esta fecha tan redonda, el recuerdo es más… Ver Más