«La presidenta de la Comisión Europea anunció la asignación de 1.000 millones de dólares para Afganistán. Fue uno de los varios compromisos para financiar la respuesta humanitaria. Estados Unidos ha previsto una financiación adicional de 300 millones de dólares». Esta fue la noticia más relevante que produjo la cumbre virtual con presencia telemática de los líderes del G-20 extraordinario dedicado a la emergencia de Afganistán, según anunció el primer ministro italiano, Mario Draghi, presidente de turno del G-20, en rueda de prensa celebrada en Roma.
Draghi destacó que en la comunidad internacional «existe la conciencia de que la emergencia humanitaria en Afganistán es muy grave. Tanto es así que durante la cumbre se habló de catástrofe humanitaria y con la proximidad del invierno se percibe cómo se está precipitando la situación». La cumbre del G-20 acordó mantener una posición unificada, dando un mandato a las Naciones Unidas para que coordine la respuesta humanitaria. Hubo también consenso en la «necesidad de lograr que se respeten los derechos de las mujeres en Afganistán para que no haya un retroceso de veinte años». La petición al Gobierno de Kabul, para que se le pueda ayudar en la emergencia humanitaria, ha sido que permita «la libertad de circulación», con la posibilidad de que Naciones Unidas y los países vecinos puedan entrar y salir de Afganistán».
El expresidente del Banco Central Europeo consideró fundamental evitar el colapso económico de Afganistán: «Debemos intervenir para salvar lo poco que queda del sistema bancario porque se vuelve imposible incluso enviar ayuda sin el sistema bancario», dijo Draghi.
El primer ministro italiano explicó que para abordar la crisis humanitaria en Afganistán «será necesario mantener contactos con los talibanes, pero esto no significa su reconocimiento». Draghi recordó que al tomar el poder en agosto los talibanes hablaron de hacer un gobierno inclusivo, pero La realidad ha sido muy distinta. «Hay que tener en cuenta que deben ser juzgados por lo que han hecho, no por lo que dijeron», subrayó Mario Draghi.
Cabe destacar que no han participado en esta cumbre extraordinaria del G-20 organizada por Italia ni el presidente de Rusia, Vladimir Putin, ni el de China Xi Jinping, aunque sí han intervenido sus respectivos jefes de la diplomacia. Las ausencias al máximo nivel de Moscú y Pekín reflejan las fricciones geopolíticas entre ambas capitales, por un lado, y con Estados Unidos, por otra parte, país al que se ha acusado de salida precipitada de Afganistán.