La retirada de Sebastian Kurz de la Cancillería de Viena, que ha dejado en su lugar al hasta ahora ministro de Exteriores Alexander Schallengerg, parece haber dejado vía libre a la continuidad del Gobierno austriaco. Así se deduce de las declaraciones del vicecanciller y líder de Los Verdes, Werner Kloger, que tras entrevistarse con el presidente y también miembro de Los Verdes, Alexander van der Bellen, reconoció que había mantenido una primera y fructífera reunión con Schallengerg. «Ha sido un encuentro muy bueno», dijo, «me ha transmitido confianza». «Por encima de todo, estoy encantado de que haya la posibilidad de abrir un nuevo capítulo en el trabajo de esta coalición de gobierno», anunció, reconociendo expresamente que apoyará a Schallengerg. «La crisis de gobierno ha terminado», anunció anoche el presidente van der Bellen, que pidió por su parte «disculpas en toda forma a la ciudadanía» por el episodio político vivido en los últimos días. «Schallenberg y el vicecanciller Werner Kogler me han asegurado que existe una base sólida para la cooperación y ambos asumen ahora una responsabilidad personal», señaló. Les pidió «un trabajo serio y concentrado».
Canciller en la sombra
Schallengerg, que también se había entrevistado por la mañana con el presidente, afirmó a la salida de la reunión que tiene «un enorme reto por delante». «Creo que no será fácil para ninguno de nosotros», se refirió al futuro trabajo con quienes han forzado la dimisión de Sebastian Kurz, «pero creo que estamos mostrando un grado increíble de responsabilidad en este país». Para la oposición, sin embargo, no es suficiente con la dimisión y la continuidad del gobierno. Así lo expresará en la sesión parlamentaria extraordinaria que sigue convocada para mañana martes, en la que podrían votarse una o varios mociones de censura cuyo contenido concreto ha de presentarse este lunes, mientras Schallengerg jura su cargo. La líder del Partido Socialdemócrata Asutriaco (SPÖ), Pamela Rendi-Wagner, denunciaba ayer que Kurz seguirá ejerciendo una gran influencia «sobre un gobierno presidido por un diplomático solvente, pero sin suficiente peso en política interna». «Ya no es canciller federal, sino canciller en la sombra de la República de Austria», lamentó.
La intención de Kurz de permanecer al frente del Partido Popular Austriaco (ÖVP) y posiblemente como jefe del grupo parlamentario le proporcionará una continuada presencia mediática que, sin duda, se multiplicará en cuanto próximamente sea por primera vez papá, una noticia que espera con ansiedad la prensa rosa europea. Además queda salvada su inmunidad parlamentaria. El presidente Van der Bellen elogió el domingo a Kurz por haber «mantenido su cargo alejado de los daños a la institución» y por «haber realizado una importante contribución a la protección de la integridad de las instituciones». La crisis de gobierno ha sido placada y con Kurz a bordo, el ÖVP puede seguir ganando elecciones.
Schallenberg, de 52 años, abogado y diplomático, ocupaba la cartera de Exteriores desde junio de 2019. Aboga por una política migratoria dura. Después del desastre de Moria, por ejemplo, se negó estrictamente a aceptar inmigrantes. Queda por ver quién se hará cargo del Ministerio. Se barajan los nombres de la ministra de Cancillería Karoline Edtstadler (ÖVP), el secretario de Estado Peter Launsky-Tieffenthal, el actual embajador en París Michael Linhart y el embajador en la UE Nikolaus Marschik.