Interminables colas en las gasolineras. Conductores desesperados peleándose mientras los surtidores se agotan. Militares desplegados para distribuir combustible por todo el país. Y como trasfondo, la pandemia se extiende, los supermercados y las farmacias siguen desabastecidos, mientras las familias se hunden en la pobreza porque los conservadores han decidido que habría que empezar a cuadrar las cuentas públicas desajustadas por la pandemia recortando programas sociales.
A la Gran Bretaña del 2021, fuera de la Unión Europea y sufridora de todos estos males tan anticipados como vergonzosos, le sobran motivos para sentir lástima de sí misma. Como ha explicado el intelectual irlandés Fintan O’Toole en su libro ‘Un fracaso heroico’, la autocompasión implícita en el Brexit era una especie de retorcido… Ver Más