Petr Fiala, líder de la coalición de centroderecha Spolu, que ganó las elecciones checas el pasado domingo, declaró ayer que esperará a que la salud del presidente Miloš Zeman mejore para solicitar una reunión con él. De acuerdo a la Constitución checa, el presidente es quien debe encargar las negociaciones para formar gobierno, pero Zeman permanece desde la noche del domingo en la UCI del Hospital Central Militar de Praga debido a una neuropatía relacionada con su diabetes crónica, que afecta sobre todo a sus piernas y le obliga a moverse en silla de ruedas, según la portavoz del centro Jitka Zinke.
Se da además la circunstancia de que Zeman, socialdemócrata y aliado del primer ministro saliente, el populista Andrej Babiš, había adelantado antes del final del recuento de votos que encargaría la tarea de negociar una formación de gobierno al partido más votado y no a la coalición más votada. De acuerdo a esta declaración, a quien encargaría dar comienzo a las negociaciones sería a Babiš, al frente de la formación política Ano (Sí), en lugar de a la coalición Spolu, compuesta por tres partidos políticos.
Babiš, dispuesto a aprovechar esta ventaja, había solicitado antes que Fiala una entrevista con el presidente Zeman programada en la agenda para mañana miércoles y que, de momento, ha sido cancelada. Dado que Zinke no puede informar sobre una previsión de plazo de recuperación del presidente, que ha sido conducido a la unidad de reanimación, el Comité Constitucional del Senado ha fijado una reunión para el 19 de octubre en la que, de no haber antes novedades en su estado de salud, debatir las posibilidades legales para desatascar la situación y garantizar el cumplimiento de las obligaciones del jefe del Estado.
No tira la toalla
Babiš se niega a tirar la toalla y ha afirmado en su canal de Youtube que «yo soy el primer ministro checo, estoy orgulloso de ser checo y no voy a rendirme». Por otra parte ha admitido que «tengo para ustedes una mala noticia, si me toca finalmente ir a la oposición me quedaré en la cámara baja y desde allí seguiré peleando». Se considera víctima de una estrategia electoral en la que todos los demás partidos se han presentado en alianzas a las elecciones para neutralizar la potencia electoral de Ano.
Peor aún en el caso de que lograse ser designado para negociar la formación de gobierno, no tiene a la vista socios potenciales, dado que la socialdemocracia CSSD, una de las más antiguas de Europa, y el Partido Comunista KSCM, que habían ayudado a gobernar a Babiš anteriormente, han quedado fuera del parlamento checo. Las coaliciones obtuvieron más votos que Babiš, que aunque a nivel de partidos es el más votado, solo lograría sumar, en unión con Okamura, 92 insuficientes escaños.