La crisis migratoria fabricada por Bielorrusia a las puertas de Polonia no ha terminado. Lo decía ayer el secretario general de la OTAN, Jen Stoltenberg, cuando la prensa internacional ya prácticamente ha desaparecido de la zona ante la imposibilidad de poder aproximarse a la frontera entre ambos países y certificar qué está pasando.
Las noticias que trascienden de uno otro lado son pues incontrastables e intereadas. Varsovia, a través de su portavoz de la Guardia Fronteriza, teniente Anna Michalska, informaba de la devolución el viernes al país vecino de 170 personas que lograron penetrar la frontera polaca «unos metros». Nadie pudo asistirles en esta incursión que, como tantas, se resolvió con una expulsión sumaria.
Para evitarlas, las ONG locales que operan… Ver Más