La decisión de Joe Biden de retirar a la guerrilla colombiana de las FARC de la lista oficial de grupos terroristas de Estados Unidos ha provocado una grave crisis para la Casa Blanca. Tanto, que el lunes el coordinador de América Latina en el Consejo de Seguridad Nacional, Juan Sebastián González, tuvo que desplazarse a Miami para reunirse con representantes de la comunidad colombiana y explicarles la decisión. Aun así, esta ha provocado una gran insatisfacción no sólo entre los republicanos, sino también en destacados demócratas.
El martes, durante una vista en el Capitolio, el demócrata Bob Menéndez, que preside la comisión de Exteriores del Senado, le recriminó al subsecretario de Estado para América Latina, Brian Nichols, que la Casa Blanca no consultara con el legislativo la decisión de retirar a las FARC de esa lista. Menéndez dijo que se enteró de esa exclusión por un artículo del diario «The Wall Street Journal». «Eso no es lo que considero consultar. Y la falta de consultas crea problemas. Así que espero que no lo repitamos», dijo el senador.
En esa misma vista, el republicano Marco Rubio criticó que Biden tome esa decisión en contra del criterio del mismo gobierno colombiano. «Un nuevo grupo podría comenzar mañana y decir: Somos las FARC. O un grupo disidente podría cambiar su nombre y, teóricamente, no quedar cubierto en esta [lista de terroristas]».
Lista de grupos terroristas
En su visita a Florida, González, el máximo asesor de Biden para América Latina, que es él mismo nacido en Colombia, dijo que esta exclusión de las FARC «no perdona nada de lo que han hecho las FARC en los últimos 52 años, solo cambia las herramientas del gobierno de EE.UU. para enfocarse en aquellas organizaciones que todavía están involucradas en actividades terroristas», informa la cadena NBC.
El gobierno de Biden retiró el martes a la guerrilla colombiana de la lista oficial de grupos terroristas extranjeros, en una señal clara de apoyo al frágil acuerdo de paz negociado por Juan Manuel Santos y firmado en 2016, que ha sido boicoteado por el uribismo y el actual presidente del país, Iván Duque. Ese acuerdo fue negociado con la tutela de la Administración Obama, de la que Biden era vicepresidente, y puso fin a un conflicto armado de más de medio siglo de duración.
La Casa Blanca defiende esta decisión en Washington como una forma de reconocer que las FARC se hayan desmantelado para transformarse en un grupo político, llamado Partido Comunes, aunque hay disidentes que siguen en activo en cooperación con el narcotráfico. El grupo disidente más conocido, La Nueva Marquetalia, ha sido incluido a su vez en esa lista terrorista, así como FARC-EP. El año pasado el gobierno de Colombia solicitó a EE.UU. que incluyera a esos disidentes de las FARC en la lista oficial de organizaciones terroristas.