Los marroquíes votan este miércoles en unas elecciones legislativas y locales que decidirán el futuro del partido islamista PJD, en el poder desde hace una década. A mitad de la jornada, la tasa de participación era del 12% a nivel nacional, según un comunicado del ministerio del Interior.
Esto es dos puntos porcentuales más que en las legislativas de 2016, pero es la primera vez que los cerca de 18 millones de electores eligen sus 395 diputados y más de 31.000 gobernantes comunales y regionales.
«Desde esta mañana, la adhesión de los ciudadanos es notable»
«Desde esta mañana, la adhesión de los ciudadanos es notable, es quizás una prueba de que la tasa de participación será respetable y eso es muy importante», comentó el jefe de gobierno, Saad-Eddine El Othmani, el secretario del PJD (Partido de la Justicia y el Desarrollo).
Para el diario ‘L’Economiste’ la tasa de participación es «la verdadera clave de los comicios» este miércoles. En las legislativas de 2016, la participación se situó en 43%. Los colegios electorales abrieron a las 08:00 horas locales (07H00 GMT) y cerrarán a las 19:00 horas (18H00 GMT). Las primeras estimaciones llegarán por la noche.
Victoria histórica
El jefe de gobierno sale del partido que lidera los comicios legislativos. Es nombrado por el rey Mohamed VI y forma un ejecutivo para un mandato de cinco años.
Pero, en este reino de 36 millones de habitantes, las grandes decisiones en los sectores estratégicos como la agricultura, la energía o la industria provienen de las iniciativas del monarca.
El PJD (islamista moderado) espera conseguir un tercer mandato al frente del gobierno. La formación se alzó con una victoria electoral histórica tras las protestas del ‘Movimiento del 20 de febrero’ -versión marroquí de la Primavera Árabe de 2011- que reclamaba el fin de «la corrupción y el despotismo».
Campaña electoral apática
Durante dos semanas, la campaña electoral, marcada por la ausencia de grandes mitines debido a la pandemia, fue bastante apática. Pero en los últimos días el tono subió entre el PJD y su rival liberal, la Unión Nacional de Independientes (RNI), los dos favoritos.
Otras formaciones que sobresalen, según los medios locales, son los liberales Partido Autenticidad y Modernidad (PAM) y el Partido de Istiqlal (centro-derecha), ambos en la oposición.
Durante la campaña, el PJD denunció el uso «masivo» de dinero para comprar candidatos y votos, pero sin dar nombres. En cambio, el líder del PAM, Abdellatif Ouahbi, acusó directamente al RNI, que desmintió los hechos.
Nuevo cálculo para repartir escaños
Con estas elecciones será la primera vez, desde que se realizaron los primeros comicios en Marruecos en 1960, que la repartición de escaños será calculada a partir del número de electores inscritos y no según los votantes.
«Queremos unos políticos con una visión clara y no gente que gestione las cosas en el día a día»
Este nuevo cálculo perjudicará a los grandes partidos y beneficiará a las pequeñas formaciones. Pero solo el PJD se opuso a la reforma. Si obtuviera el mismo resultado que en 2016, el partido islamista conseguiría, según estimaciones, entre 80 y 85 escaños, frente a los 125 de entonces. Si gana de nuevo, esto complicaría la formación de una nueva coalición gubernamental.
La campaña electoral se ha caracterizado por una falta de posicionamiento claro de los partidos en cuestiones claves de la sociedad. «Queremos unos políticos con una visión clara y no gente que gestione las cosas en el día a día», declaró a AFP Abdeljalil Skaiti, de 43 años, en Rabat.
Sea cual sea el resultado de los comicios, todos los partidos políticos tendrán que adoptar una carta que prevé una «nueva generación de reformas y proyectos», como lo indicó recientemente Mohamed VI en un discurso.