El general Raúl Isaías Baduel ha muerto en Caracas producto de un paro cardiorrespiratorio y como consecuencia de contraer la enfermedad del Covid-19, según ha informado la noche de este martes el fiscal Tareck William Saab.
Baduel es uno de los más antiguos presos políticos del régimen, y su muerte ha ocurrido bajo la custodia del Estado venezolano. A través de su cuenta en Twitter, el titular del Ministerio Público ha explicado que al exministro de Defensa «se le aplicaba los cuidados médicos correspondientes» y había recibido la primera dosis de la vacuna contra el coronavirus.
Baduel, de 66 años, había estado en prisión desde 2009 por convertirse en crítico de Hugo Chávez, quien era su compañero, y tras manifestar estar en contra de la reforma constitucional en 2007. El militar se convirtió en un símbolo de la disidencia chavista dentro de las Fuerzas Armadas, y llegó a convertirse en uno de los presos políticos más antiguos del país. El hombre estuvo en prisión por supuesta corrupción, y en 2017 quedó en libertad; pero el régimen de Nicolás Maduro le imputó dos nuevos delitos en su contra: atentar contra la libertad y la independencia de la nación y traición a la patria.
La familia Baduel ha vivido en carne propia los tratos crueles del régimen de Nicolás Maduro. Los hijos del general han estado también en prisión por estar presuntamente vinculados con distintos escenarios «golpistas». En varias ocasiones las hijas de Baduel denunciaron que su padre había estado aislado, incomunicado e incluso, «enterrado vivo» en la sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin). La familia del general estuvo denunciando en los últimos tres años la ilegitimidad de la detención del militar, quien además estuvo sometido a un limbo jurídico, a torturas psicológicas y a un aislamiento de hasta ocho meses.
Otros muertos bajo custorida
El exministro ha entrado en la lista de presos políticos que han muerto bajo custodia. Ya en 2018, el concejal del municipio Libertador (Caracas) y miembro del opositor partido político Primero Justicia, Fernando Albá
n, murió cuando estaba detenido en la sede del Sebin en Caracas. Su detención se produjo tras ser acusado de participar presuntamente en un plan para acabar con la vida de Maduro. El régimen aseguró que Albán se suicidó —se arrojó por la ventana—, mientras permanecía bajo custodia policial.
En 2019, el capitán de corbeta venezolano Rafael Acosta Arévalo murió mientras era torturado por miembros de la Inteligencia chavista que actuaban con pleno conocimiento de Nicolás Maduro. El Ministerio Público acusó a Acosta y a otros 13 «civiles y militares en retiro» de formar parte de un «grupo subversivo liderado por Juan Guaidó», que había planeado un «golpe de Estado previsto para el 23 y 24 de junio» de ese año.
La Misión Internacional Independiente de Determinación de los Hechos de las Naciones Unidas sobre Venezuela, creado en 2019, para investigar la situación del país, ha publicado informes que señalan a las fuerzas de seguridad del régimen de Nicolás Maduro por incurrir desde 2014 en graves violaciones a los derechos humanos. Por su parte, la Corte Penal Internacional, se encuentra revisando los expedientes que vinculan al régimen chavista con delitos de lesa humanidad y se espera un veredicto al respecto. De momento, el organismo mantiene abierto un examen preliminar sobre Venezuela para determinar si existen pruebas y motivos suficientes para iniciar una investigación formal contra los presuntos responsables.