El presidente de Chile,
Sebastián Piñera
, lo logró. Su visita relámpago a España se produjo, como era su deseo, en «el máximo sigilo». Evitar manifestaciones o protestas en Madrid fue uno de los objetivos, cumplidos, de una agenda donde la seguridad frente al posible alboroto de movimientos de ultraizquierda o antisistema, tenía prioridad.
Las conversaciones para cerrar una agenda oficial, reducida a un cúmulo de actividades concentradas el martes, se realizaron directamente entre el Palacio de la Moneda con Moncloa por un lado y Zarzuela por otro.
Piñera, en el almuerzo ofrecido por los Reyes en el Palacio Real, hizo una defensa de la hispanidad y expresó su admiración por el legado histórico, así como el orgullo de compartir el mismo idioma.
«España nos enseñó su idioma y su derecho, nos legó sus valores y su cultura y nos heredó esa pasión por emprender causas nobles con un idealismo propio del Quijote», subrayó el presidente chileno.
Don Felipe se dirige a Piñera durante el almuerzo en su honor
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Efe
Según expresó, cuando los chilenos llegan a España, la «madre patria», sienten de alguna forma que no han salido por completo de su país. «Tenemos con España una cercanía, una amistad y un cariño muy especial», enfatizó.
A su juicio, «voluntad, coraje, perseverancia, pasión, resiliencia fueron los valores que hicieron posible que Colón, buscando una ruta hacia las Indias, descubriera América».
En tiempos de resurgimiento del indigenismo, el mensaje del presidente chileno fue música para los oídos. Entre otros políticos y empresarios invitados, se encontraba la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, el alcalde de la capital, José Luis Almeida, y el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi.
El presidente de Chile mantuvo una entrevista con Pedro Sánchez en la que puede considerarse su despedida de su Gobierno ya que en noviembre se celebran elecciones en Chile. España es el tercer inversor en el país andino que atraviesa momentos de tensión y polarización en el marco de una Asamblea Constituyente donde se plantea hasta cambiar el nombre del país.
Sebastián Piñera aterrizó el sábado por la tarde en Madrid con una agenda privada durante el fin de semana. No obstante, aprovechó el tiempo para reunirse con Mario Vargas Llosa e Isabel Preysler, José María Aznar y Ana Botella, así como con el embajador de Chile, Roberto Ampuero, y el ministro de Asuntos Exteriores, Andrés Allamand, que le acompañaron en todos los actos privados y oficiales.
Interés por la gestión de la pandemia
Al día siguiente, la secretaria de Estado de Salud, Silvia Calzón, y el director del Centro de Alertas y Emergencias Sanitarias (CAES), Fernando Simón, se reunieron a petición del presidente de Chile, que tenía especial interés en conocer de primera mano la situación de la pandemia en España y su opinión sobre las diferentes estrategias para combatir el coronavirus. El 85% de los chilenos tiene la doble vacunación y el Gobierno, con cifras récord en inmunidad, tiene previsto comenzar con un calendario para aplicar una tercera dosis.
El presidente del PP, Pablo Casado, se reunió con Piñera el pasado martes en Madrid
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Efe
La despedida de su socio estratégico, los Reyes y el presidente del Gobierno, en un «marco de discreción», como recuerdan fuentes chilenas, incluyó un salto a París, el lunes, donde se entrevistó con el presidente de la República francesa, Emmanuel Macron. A las once de la noche de este día aterrizó, en Madrid, de regreso, en el avión presidencial, un Boeing 767. A partir de ese momento comenzaba oficialmente su visita -visto y no visto-, a nuestro país.
El miércoles, en torno a las siete de la mañana, Sebastián Piñera emprendió rumbo a Santiago de Chile, donde tendrá que cumplir la cuarentena obligada antes de celebrar las fiestas patrias del 18 de este mes. En este viaje no estuvo acompañado de la primera dama, Cecilia Morel, quien no pudo viajar con su marido en este viaje al estar pendiente de la salud de su hermana, que atraviesa una enfermedad terminal.