De todas las atribuciones que el Artículo II de la Constitución de 1787 reconoce explícitamente a los presidentes de EE.UU., la política exterior es donde los ocupantes de la Casa Blanca gozan de una mayor autonomía, en su doble condición de máximo responsable diplomático y comandante en jefe militar. Desde Truman, y el arranque de la Guerra Fría, todos y cada uno de ellos han caído en la tentación de formular una gran doctrina unificadora para justificar el lugar que EE.UU. debería ocupar en el mundo.
Desde el fiasco de retirada de Afganistán, y al margen del consenso bipartidista forjado desde el 11-S a favor de una proyección exterior más agresiva y expedicionaria, empieza a emerger la doctrina Biden para explicar… Ver Más