Mientras los líderes mundiales están intentando atajar la nueva crisis de la pandemia de Covid-19 debido a la última variante del virus, Ómicron, al parecer la ministra principal escocesa tiene mejores cosas en qué pensar. En su discurso de clausura del congreso anual del Partido Nacional Escocés (SNP) Nicola Sturgeon
advirtió al primer ministro británico, Boris Johnson, que el próximo año empezarán los preparativos para la realización de un nuevo referéndum de independencia a finales del 2023 y lo acusó de embarcarse en un «conflicto permanente con la Unión Europea» desde la puesta en marcha del Brexit.
«El año que viene, si el Covid lo permite» y durante la transición del «invierno a la primavera» empezará «la campaña para persuadir a la mayoría de la gente en Escocia de que nuestro futuro será más seguro como nación independiente», aseguró la líder nacionalista, que indicó que «en el transcurso del próximo año iniciaré el proceso necesario para permitir un referéndum antes de finales de 2023».
Johnson le ha dejado claro a Sturgeon en múltiples ocasiones que no autorizará la consulta, ya que en la del 2014, que fue vinculante, el 55% de los ciudadanos votó en contra del divorcio con el Reino Unido. Para que un nuevo referéndum de independencia tenga validez legal, es necesario que el gobierno británico otorgue al Parlamento escocés el permiso para realizarlo. Hace siete años, fue el ex primer ministro David Cameron, el mismo que tuvo la idea de convocar la consulta sobre el Brexit en el 2016 tras prometerlo en el programa electoral del Partido Conservador el año anterior, quien autorizó la consulta solicitada por el entonces ministro principal escocés, Alex Salmond.
Sturgeon ha advertido sin embargo en el pasado que está dispuesta a entrar en la batalla con Johnson y que desafiará a Westminster en los tribunales si es necesario para que consulta sea aprobada. Pese a que durante el año pasado el apoyo a la independencia cayera en la nación, en las elecciones de mayo el SNP y los Verdes obtuvieron la mayoría de los escaños en las elecciones parlamentarias.
«Es una vergüenza que el mismo día en que la ministra principal habla sobre la posibilidad de introducir nuevas restricciones para combatir la variante Ómicron, su atención se centre una vez más en dividir al Reino Unido», le afeó a Sturgeon Douglas Ross, líder de los conservadores escoceses. En la misma línea se manifestó Jackie Baillie, líder adjunto del laborismo escocés, para quien es «profundamente decepcionante e irresponsable sembrar la división entre Escocia y el resto del Reino Unido».